25/8/10

Carlos Magdalena y Dulce Gallego en el botánico. Una visita con cámaras nada inocente

Carlos Magdalena es una persona admirable. Admirable por varios motivos, el primero porque a los 30 años decidiera dar un cambio a su vida y marchar a Inglaterra. Admirable porque se embarcara a estudiar en la Diplomatura de Kew Gardens ya superada la treintena y admirable por lo que ha conseguido con su pasión y dedicación en la horticultura y los medios, claro de una institución como Kew, que le ha permitido rescatar de la segura extinción a plantas como el nenufar enano (Nymphaea thermarum) y muchas otras que vendrán.
Conocí a Carlos hace 6 años, al poco de iniciarse la andadura del botánico. Me lo presentó Juan Carlos Martinez como un gijonés que estaba trabajando en Kew, creo que empezaba entonces los tres años de la prestigiosa Diplomatura inglesa. Desde entonces en sus vacaciones siempre pasaba por el Botánico de Gijón y teníamos oportunidad de charlar.
Cuando se quiso homenajear a Jovellanos desde el ayuntamiento y la alcaldesa quería plantar un árbol en honor a Jovellanos, nos pusimos a ver cual podía ser la especie mas adecuada. Alvaro Bueno rescató que existía un género de especies chilenas a las que se las nombró "Jovellana" en honor del prócer gijonés. La búsqueda nos llevo a Inglaterra donde se producían en tres viveros y ello me llevó a pensar en Carlos. Le envié un correo y rápidamente gestionó la donación de un ejemplar de Jovellana violácea que colocamos en el Paseo de las Hespérides, junto a la placa de la donación de Kew, que completamos con los otros que adquirimos en dos viveros ingleses.
Luego, hace dos años cuando terminó la diplomatura recuerdo que vino a consultarme las posibilidades de entrar en el Jardín Botánico. Estuvimos en cafetería hablando una hora y mientras charlabamos me contaba que le habían ofrecido encargarse de la reproducción de tropicales en uno de los invernaderos de Kew Gardens, pero que quería saber si había posibilidades de entrar en el jardín. Y le dije lo que sentía y sabía. Le hable de nuestra estructura de cuatro personas incluido el secretario y la gerente, que las posibilidades salvo que vinieran de arriba eran entrar en una de las subcontratas y que nuestro programa de reproducción no tenía fondos para reproducir siquiera las colecciones propias. Me acordé de cuando estuve en Inglaterra y pude quedarme y opté por la vía romántica de volver a Sevilla para dejar en mi ciudad lo que había aprendido y como me equivoqué. Le dije sinceramente que si le habían dado la opción de quedarse en Kew no la desaprovechara, que nunca iba a tener las opciones de aprender y progresar en nuestro botánico que en Kew y que no era lo mismo volver como estudiante que con prestigio. Eso siempre nos ha gustado en España, agasajar a los que echamos con nuestra paletería para que reclamarlos como dioses cuando se han formado en el exilio.
Me alegro que optara por quedarse en Kew y haya dado al mundo la posibilidad de seguir disfrutando de especies sin cuya mano seguramente estaríamos llorando su desaparición.
¿Qué le hubiera ocurrido de haber conseguido entrar en el botánico?. Pues seguramente hubiera disfrutado de su ciudad, de su familia, de sus amigos y, finalmente, se hubiera sentido deprimido al ver como año tras año se encontraba con un presupuesto menor en su trabajo, teniendo que tirar de la Escuela Taller para tener un poco de substrato de cultivo y de semillas para la experimentación y peleando año tras año por contar con un presupuesto mínimo, pero propio, para reproducción sin conseguirlo. Los viajes que organizara para expediciones de investigación, los hubieran ocupado (su ahora amigo, luego si empezaba a hacerle sombra "enemigo") Juan Carlos Martinez y Dulce Gallego, como ocuparon los que me correspondían como Jefe de Mantenimiento y Conservación con el Convenio entre el Botánico Atlántico y el de la Habana para preparar los métodos de cultivo que permitieran la importación de los ejemplares que iban a donar para nuestro invernadero tropical. En los 6 años desde ese convenio, nunca ocupé mi plaza porque era más importante pasearse con ese dinero de investigación en congresos y visitas turísticas a la Habana, mientras el responsable tenía que explicar al conservador científico lo que se necesitaba para que lo transmitiera a los reproductores del botánico cubano.
Así que creo que hiciste bien decidiendo marchar, ahora, con un nombre que te has labrado a base de esfuerzo, si quieres volver a tu tierra tendrás la oportunidad de poner condiciones, aunque espero que sigas un poco más en Kew, porque sus medios nunca serán los nuestros y podrás seguir cumpliendo retos que nos ayuden a todos unos años mas y sigas colaborando con nuestro botánico desde la posición de fuerza que tienes.
No te dejes deslumbrar por los focos de las entrevistas del otro día. Tenían un fin que desgraciadamente no tiene nada que ver con la importancia de tu visita. La televisión y la prensa fueron convocadas sin que se diera conocimiento de la misma a los responsables del jardín, con la gerente de vacaciones, orquestadas desde el Ayuntamiento, con la segura mano de Juan Carlos, que repito hoy por hoy es tu amigo para , sin pecar de egocentrismo, anular el efecto que podría tener el anuncio de que habían recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Asturias la sentencia sobre el despido improcedente que me hicieron.
Y no peco de egocentrismo porque aun resuenan en mis oidos los ecos de las broncas de Dulce a Ana Casino cada vez que un Premio Príncipe de Asturias quería visitar nuestro botánico y no entendía por qué no iban al Acuario o cualquier otro parque de Gijón que acabaran de inaugurar, o por qué tenía que ir yo, por ejemplo, con Sir David Attenborough delante para enseñarle el jardín (entre otras cosas gracias a mi mal inglés, que por cierto no hacia falta para un puesto como el mío, ¿verdad Dulce?), sin dar importancia en esos casos a la repercusión que las visitas de estos personajes ilustres tuvieran para el jardín ni reparar en que nosotros como botánico no organizábamos el protocolo para situarla en el foco de las cámaras. O las broncas que recibía, de nuevo Ana, de Juan Carlos y Dulce cada vez que yo aparecía en algún medio de comunicación y las explicaciones que tenía que dar.
Por ello Carlos, te diría que cuides lo que acuerdas con estos gerarcas y seas cauto porque hoy te tienen de estrella por sus intereses espurios no por tu inegable valía. Cierra bien los acuerdos por escrito y si metes a la institución que representas que peleen otros las condiciones porque puedes salir escaldado cuando ya no haya focos delante.
Te deseo todo lo mejor como siempre y ojalá el Botánico de Gijón, modifique sus estatutos y pueda algún día contar contigo desde dentro, con los medios necesarios para que desarrolles tu labor. Eso si nunca aceptes un contrato temporal que se convertirá en fijo, porque eso cambia. ¡Cuanto nos queda que aprender de los ingleses que no dejan escapar a las mentes activas.!
Pero tranquilos en el ayuntamiento, mis tiempos los marco yo, y las noticias sobre el caso de corrupción en el que os embarcasteis y mis acciones las iré desgranando desde septiembre a mayo, poco a poco, ya que no habéis querido aceptar la sentencia del juez. El camino es largo y hay que dosificarlo, porque en mi voluntad está que nunca más podáis seguir actuando como una mafia haciendo daño a quienes todo os dieron. Yo habré perdido esta batalla, pero igual sirve para algo a otra persona el resultado y sobre todo confio en que mi caso sirva para que andeis con mas cuidado cuando querais pisar a algún otro de nuevo.

Relaciono las imágenes de la visita de Carlos Magdalena al Botánico. Como se verá un despliegue de medios inusual para ser el botánico, lo que demuestra el oscuro interés por que la noticia tuviera relevancia.
En el video de la TPA aparecen los capataces de Parques y Jardines (una de ellas excelente ingeniero pagada como capataz), la actual responsable del botánico por la oposición fraudulenta charlando animadamente con Dulce y Alvaro Bueno el conservador del botánico.