2/3/10

Diez dias y el daño

Hoy hace diez días que comencé la huelga de hambre.
Este fin de semana tuve que contabilizar para mi abogado las 10 preguntas que finalmente voy a recurrir en los tribunales. Hasta ahora solo había mirado que con 2 de ellas habría pasado el examen y me encontré con lo que intuía: No solo no suspendí, sino que mi nota superaba la nota actual de quien aprobó 5,7 puntos.
De las 10 preguntas, 3 no tienen respuesta posible y deben anularse.
Las otras 7 argumento como en mi recurso que el tribunal se equivocó y que mis respuestas no sólo eran las acertadas sino que si se aceptan los libros técnicos para valorarlas y no lo primero que surgiera Google como ha hecho el tribunal, al menos en varias, mi nota final es 6,4 puntos. Pero si el juez decide que no entra en disquisiciones y opta por anularlas todas del examen, mi nota final seria 5,9, alejadas ambas no solo del 4,7 con el que me suspendieron sino de la nota con que se aprobó a la única persona que pasaron.
Por eso esta lucha, porque tengo el convencimiento, no solo moral, de que la razón me acompaña y no a los que han tratado de ensuciar con sus actos la Función Pública.
Hay quien dice que con mi huelga de hambre estoy haciendo un gran daño al Ayuntamiento, y yo pregunto, a quién en el Ayuntamiento? Porque el Ayuntamiento son los ciudadanos que lo constituyen. El daño, si existe, lo han hecho quienes han conculcado los derechos de un trabajador, aprovechando los mecanismos que les hemos dado para garantizar la igualdad en el acceso. El daño lo han hecho quienes debiendo representarnos en condiciones de imparcialidad, han abusado del poder que les hemos otorgado para conculcar los principios que han de regir los actos de todo servidor publico como son la verdad, la justicia o la igualdad.
Intentar expulsar, no a mi, a una persona cualquiera de su puesto de trabajo aprovechando el poder que les otorgamos para que nos administren, no solo dañan el ayuntamiento, sino la propia esencia de la democracia.
Ellos y los que les apoyan, por miedo, por amenazas, por "solidaridad" con el compañero, son los que hacen un flaco favor a lo que representan y a los ciudadanos que confiaron en ello y a los que con actos como este, poco a poco van robando la confianza en el sistema.